miércoles, 11 de noviembre de 2015

  ¿ SABES CON QUE SE JUEGA EN LOS CARNAVALES  DE IPIALES  ?

 en la tradición de nuestros carnavales desde tiempos atrás es jugar con cosméticos ( pinturas ) y con carioca ( espuma embotellada )



aquí encontramos a los niños de ipiales divirtiéndose con la llamada carioca





 estas imagenes demuestra la diversion que hay durante los carnavales  con la carioca , talco y pinturas y hasta en algunas ocaciones con agua.



por lo general en los carnavales suelen haber conciertos a los cuales llegan varios artistas muy famosos y todas las personas se reunen en el parque 20 de julio .


en esta imagen es precisamente el 5 de enero cuando se celebra el carnaval de los negros por eso este dia solo se juega con pintura negra .






aquí hay una demostración de como son los juegos con  talco en los carnavales .




MURGAS
La murga es un género de música popular español,1 2 adoptado por varios países, generalmente se realiza durante alguna festividad como carnaval, fiestas patronales, efemérides de ciudades o eventos deportivos. Es, por un lado, un género teatral y, por otro, la denominación que se le da a los conjuntos que lo practican. Es muy popular en Canarias, Badajoz, Uruguay, Argentina, Colombia, Chile, Panamá, Brasil y México, donde suele ser interpretada por un coro con el acompañamiento musical de instrumentos de percusión


Cada expresión cultural tiene su propia música... con una particularidad... que la mayoría de estas composiciones no son de músicos profesionales -y muchas veces ni por aficionados-, son hechas por el pueblo.

En los tiempos de los saturnales, los bacanales y las fiestas paganas, las músicas se hacían en homenaje a los dioses... en el carnaval la música es parte de ese derroche de alegría y en honor a la libertad, el desdoblamiento, la alegría.

En el carnaval Multicolor de la Frontera, la música desempeña ese mismo papel, el de matizar el derroche la alegría... hoy en día cada motivo, ya sea de murga, comparsa, va acompañado de música, y las expresiones artísticas tienen su musicalización...

En Ipiales, iniciada la década de los 40, del siglo XX, en nuestra ciudad, cada 5 de enero, víspera de Reyes, grupos de campesinos procedentes de las diferentes veredas y corregimientos empezaron a salir, paulatinamente, al pueblo con guitarras, quenas, flautas y bombos; o los indígenas con sus “Bandas de yegua” para disfrutar de las Fiestas con la benevolencia de sus patrones, los hacendados de la región.

Al iniciar la fiesta de Reyes, mientras las cabalgatas de los Vela se desplazaban, en sus corceles por la Calle Real, las rocolas, los tocadiscos, picaut, o radiolas -como se los llamaba en ese entonces- emitían los ritmos de las música de aquellos tiempos, músicas que invitaban a apearse, a bailar estrechando fugazmente algún cuerpo, con aroma de alucema y cosmético “Melchor” que incitaba desde alguna puerta o un balcón, al ritmo de las notas de un porro, un mambo o un merengue.

En el Club Ipiales, administrado por don Mario Zamora, quien tiempo después abriera el famoso Bar Zamario tocaron varias veces: Los Quillacingas, La agrupación Alma Ipialeña, con el arpa de don Juan Bautista Yépez, el Grupo los Soles, -los RDB de aquellos tiempos-, algunos integrantes los Hermanos Huertas, Eduardo y Ricardo, Gilberto Coral, el Popular “Chico”; el jazz América y Don Jonás Cabrera... y muchos otros

En la década de los 60s a alguien se le ocurrió montarse una caseta en la esquina de la sexta con octava, y en la noche se presentaba la orquesta famosa de aquellos tiempos, orgullosamente Ipialeña, conocida como la Orquesta de los Ñatos” “La Sonosurco”, con el popular Ñato Montenegro, integrante de la banda Municipal conocida cariñosamente como “los panchos” “La SonoSurco” se dice que fue dirigida por un Cubano, Benny Bustillo.

En temporada de Aguinaldos, en plena Novena del Niño Dios, en Ipiales, los adolescentes se agrupaban para marcar territorio y al tiempo realizar alguna actividad tipo ritual de conquista amorosa para aprovechar las escasas ocasiones en que podían abordar a las niñas “en tiempo de merecer”, que madrugaban, con sus padres y hermanos, a las misas. Los jovenzuelos, en sus respectivos barrios, organizan “los pingullos”, un conjunto de muchachos que se vestían de mujer, soplando sobre un juco, una especie de pito, que tras el roce de un palillo, hacia adentro y hacia afuera, emitía un chirrido, además se acompañaban de otros instrumentos rudimentarios como “la puerca” compuesto de un tarro, forrado con una vejiga de marrano, en centro una vara que, al halar de ella, emitía un quejido parecido a la de un puerco, de ahí su nombre.


Esta “pandilla” de inquietos imberbes, abordaban a los transeúntes, entraban a las tiendas, o rodeaban a las parejas de enamorados haciendo sonar los pingullos y coreando: Ya va a dar, ya va a dar! Que viva con su peseta, hasta que el personaje acosado por la algarabía, sacaba un centavo y les daba, luego iban a al templo de la Matriz, o al San Felipe escuchaban, casi siempre, el final de la misa, y salían a hacer cola para comprar con los dineros recolectados el Pan de Maíz de Doña Pastora, el cual se lo comían mientras volvían a deambular por la calle sexta, o lo llevaban a la casa para acompañar el café con leche del desayuno.

Esta tradición duró hasta finalizar los años 50 del siglo pasado, tiempo en que un personaje conocido con el remoquete de “El pirulí”, les montó competencia, se puso un sombrero de charro y salió, acompañado por Eduardo Rosero, a las cantinas y cafés del pueblo y con su guitarra cantaban y pedían dinero, lo que hizo que los jóvenes “Pingullos” ya no tuvieran esa posibilidad.

En cuanto al Carnaval de Negros y Blancos, en la década de los sesentas, a algún ipialeño, que seguramente, padecía de nostalgia por los Pingullos, se le ocurrió, salir el día de carnaval, no a pintar ni a participar del concurso de disfraces, sino que con un grupo de amigos, en pleno jolgorio. Aprovechando el campanear de las botellas de aguardiente, y el raspar con una peineta las carrascas sacadas de los estuches de los termos de ese entonces, Luego de los envases plasmáticos del famoso vino ecuatoriano “La parra”... desplazarse con los amigos tratando de hacer música y divertirse sexta arriba y sexta abajo...
Tanto a los grupos de campesinos, como a los pingullos y los músicos improvisados del carnaval, se les encontró un parecido con las murgas de los tiempos medievales que como las Tunas, se dedicaban a hacer música a cambio de comida o de monedas.

El termino murga, proviene de “musga”, una forma semi-popular de música. Las murgas eran agrupaciones de malos músicos que en pascuas, navidad o en cumpleaños tocaban en las puertas de las casas acomodadas, con la esperanza de recibir algún obsequio. El termino murga también es algo referente a molestar en grupo con palabras o acciones que causaren hastío por sus impertinencias.
Y fue el nombre con el cual se les identificó, En el caso de Ipiales, a los grupos de bulliciosos muchachos, que en tiempo de carnaval salieron únicamente a reclamaban admiración y aplausos.

Se denomina murga a una forma popular de música callejera desarrollada en durante alguna festividad. En Ipiales las murgas empiezan a originarse al finalizar la década de los 60s y desplazan a los grupos musicales campesinos que salían del sector rural a disfrutar la fiesta de reyes.

Antes de que existiera el concurso, grupos de amigos o familias, (con un mínimo de 10 y máximo 20 integrantes) de barrio y sectores de la ciudad se organizaban por aquellos días, y salían a cantar y bailar, al ritmo de algún instrumento convencional (Guitarra, Saxofón o Acordeón), acompañado de otros instrumentos improvisados, como la carrasca: sobre un estuche de los termos de esa época, luego sobre el bote plástico corrugado de “Vino Parra”, la clave: golpe sobre una botella de cristal, (generalmente de aguardiente) o sobre dos maderos, los timbales, el bombo y/o redoblante, el papel cristal sobre una peineta plástica, o el sonido sacado al soplo de una hoja vegetal y recorrían durante las tardes de carnaval el 5 o el 6 de enero.

Surge entonces la modalidad de las Murgas de Carnaval, muy diferentes a los ya famosas papayeras de la costa Caribe... Mientras la gente esperaba el paso del desfile del carnaval, ya sea el cinco o el seis de enero, las murgas se desplazaban calle abajo calle arriba, cantando y coreando, con muchas voces disonantes y chillonas, que muchas se iban sumando al paso entonando canciones bailables de la época como “el pájaro amarillo”, “la Naranja”, “la danza de la Chiva”, “la murga de Panamá”, “el tren cienaguero”, “La guaneña”, “el sanjuanero”, o las clásicas del Cuarteto Imperial”
Las murgas eran un espectáculo mas, de los carnavales, dado que la mayoría de las canciones se les distorsionaba las letras adaptándolas a la ocasión de fiesta carnavalera, esto unido, cada vez, a los vistosos disfraces que los mismos integrantes confeccionaban ya sea con plásticos de colores, costales de cabuya, o con telas como la popelina o la bayetilla...

Las murgas, de recocha en carnaval, toman más seriedad y se involucran de lleno en lo que es el carnaval... personajes reconocidos como Gilberto Coral quien se le atribuye el origen de las murgas en Ipiales... le dan un toque más picante y alegre a esta modalidad, los hermanos Revelo, Los populares “Sapos”, Los Montenegro descendientes del “Ñato”; barrios como Alfonso López, san Vicente, Centenario, Palermo sacan sus murgas y, contrario al origen de la murga medieval, la murga de carnaval en Ipiales sale para deleitar a sus conciudadanos y al público en general.

Ya con la aparición de los concursos en las diferentes modalidades del Carnaval, empieza a conformarse agrupaciones como la Murga del “Chico”, la Murga del Hospital, La murga del Cafetero, Los Melódicos, Los Bufones del Carnaval que en principio como grupo de amigos se unieron para participar en el concurso de años viejos y luego se vuelven Murga e incluso integran una murguita para participar en el Carnavalito. Están También los Rumberos, Los Cóndores del Sur del Barrio Palermo, La Gente del Camino, la Murga Fantasía, y muchas más..

Ya en el concurso las Murgas, sus participantes, poco a poco le van metiendo calidad en la interpretación musical y más creatividad en el vestuario, para que además del mensaje de la música se pueda dar un mensaje con el vestuario y el maquillaje.

Algunas veces las murgas del carnaval de Ipiales, han querido tomar visos característicos de las chirimías del Departamento del cauca y otros aires del folclor andino, acentuado en el sector boliviano, por alguna influencia infiltrada del carnaval de Oruro, o la fiestas del Perú o Bolivia, pero estos casos han sido muy excepcionales.

Las murgas en Ipiales se constituyeron en una modalidad musical más y, no es raro ver a este tipo de agrupación cualquier día del año, en una ocasión especial, estar animando la fiesta con su repertorio alegre y muy original...

Murgas como los Rumberos, los Bufones y los Cóndores del Sur, han sido invitadas a eventos como el del Carnaval del Diablo en Río Sucio, a departamento del Cauca, a la misma capital del departamento de Nariño, a las fiestas del Yamor en el Ecuador y las Fiestas Cantonales de la Provincia del Carchi pero en muchas de ellas no han podido asistir por falta de recursos económicos...

La modalidad de Murga, se ha convertido en polémica en las ultimas participaciones del Carnaval Multicolor de la Frontera, sobre todo por la influencia de las famosas papayeras de la costa Caribe, y los Colectivos coreográficos, del Carnaval de Pasto, por la inclusión de instrumentos de viento como trompeta, clarinete y hasta saxofón, -aunque el saxofón ya se había incluido desde mucho tiempo atrás porque muchos de los músicos de la Banda Municipal participaban de las murgas sobre todo el 5 de enero.-

Otra polémica es que a las murgas ahora se les permita utilizar equipo de amplificación... esto no se había previsto entre los orígenes de la murga de carnaval, dado que en esos tiempos no se contaba con las facilidades técnicas que actualmente se tiene.

Los inconformes dicen que la murga dejaría de ser murga, sea que se convierta en papayera o se le ponga amplificación... se le quitaría lo típico y tradicional y así se estaría perdiendo la esencia primigenia de esta modalidad que, muchos sostienen, es exclusiva y única de nuestra Ciudad y nuestro Carnaval.
Lo cierto es que por más de cuarenta años en el Carnaval de Ipiales, esas agrupaciones que en tiempos del Medioevo fueran grupos de hombres socarrones y mal educados que se organizaban para ridiculizar u ofender a la gente, en nuestro carnaval en pleno siglo XXI Las Murgas son nuestro orgullo musical y una oda a la alegría, al grito festivo, un homenaje a la improvisación, al humor y a la estética artesanal que proyecta nuestro folclor y nuestra cultura.

La Fundación De Artistas, Artesanos y Cultores del Carnaval Multicolor de la Frontera (FUNARCA), persigue fines de Protección, dinamización, promoción y salvaguardia del Carnaval Multicolor de la Frontera, en el Municipio de Ipiales. Su objetivo es trabajar por la existencia perpetua del Carnaval, manteniendo vivo su contexto como patrimonio Cultural del Municipio, promoviendo la creatividad artística y la salvaguarda de la identidad cultural de los ipialeños.

En aras de preservar nuestra máxima expresión Cultural, FUNARCA, emprende un trabajo de fortalecimiento del Carnaval para que la murga siga siendo una de las manifestaciones, junto con la comparsa y el disfraz tanto individual como por pareja, más representativas de lo que hoy constituye el Carnaval Multicolor de la Frontera.

Por lo anterior FUNARCA, ha socializado sus iniciativas con la Organización del Carnaval Multicolor de la Frontera 2013, y concertado la idea de realizar el Pregón del Carnaval, a realizarse el 26 de octubre de 2012, con un aditamento especial que es el concurso de Murgas y Comparsas, como expresiones tradicionales y parte fundamental de la génesis artística y cultural de la que se considera la máxima expresión cultural de los Ipialeños.

Si hay algo autóctono producto de nuestra espontaneidad esas son las murgas. Así lo sostienen muchos de los analistas del Carnaval. El carnaval de Negros Y blancos... el Carnaval Multicolor de la Frontera, el Carnaval de Ipiales.

La Murga, grupo de personas, aficionadas a la música, disfrazadas con atuendos alegóricos que se traslada por la senda del Carnaval, interpretando melodías populares pertenecientes al folclore tradicional, alusivas al Carnaval, apoyados en instrumentos artesanales o rústicos, con un mínimo de diez (10) y un máximo de veinte (20) integrantes

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Aspectos Generales
El carnaval se festeja en la cabecera municipal de Ipiales, así
  • El 28 de diciembre, se realizaba el juego de inocentes y la cabalgata;
  • el 31, la despedida de años viejos;
  • el 2 de enero, el carnaval de la juventud;
  • el 3, el carnaval de la provincia;
  • el 4, el carnavalito;
  • el 5, la entrada de la familia ipial, día de negros;
  • el 6, día de blancos, desfile de carrozas, murgas, disfraz individual y por parejas;
luego el carnaval de la etnia de los Pastos, las fiestas en los corregimientos
y veredas del municipio de Ipiales, que se remontan a lejanos tiempos de celebración.
"Por su autenticidad y colorido, constituye el espectáculo de mayor singularidad que pueblo alguno pueda ofrecer a sus visitantes. Festividad costumbrista, única en el país y quizá en el continente: ‘el tizne de negritos’ y el ‘juego popular de blancos’, se celebra en enero con cultura, frenesí y algarabía".
"Las carrozas, comparsas, disfraces, murgas y agrupaciones folclóricas son estampas autóctonas, originales y picarescas, artísticas y auténticas, con luminosa expresión folclórica y cultural, sabor tradicional y ancestro regional; matices multicolores donde el ingenio y la creatividad de sus expresiones plásticas corroboran el talento nariñense ¡viva el 5 y 6 de enero!" 1
La festividad carnavalesca (no estrictamente carnestoléndica por no tratarse de una festividad previa a la cuaresma) es folclórica, autóctona, típica y tradicional. Prevalecen las muestras del folclor nariñense, bandas de música y grupos típicos, la renovación de estampas regionales, legendarias y universales; costumbres y tradiciones, mitos y leyendas, creaciones singulares con máscaras y un expresivo movimiento armonioso, además de masivos bailes.

Breve historia

En 1926, se elige la reina de los estudiantes (de moda en la época); en los años 30, se inicia el juego del Carnaval en Ipiales (con base en lo ideado en Pasto); aquí se fusiona con las costumbres, tradiciones y medios artísticos locales, adquiriendo su autenticidad e identidad en la forma de ejecución y presentación, hecho que lo decanta y diferencia de los demás.

En 1935, se juega a los aguinaldos (en navidad), se intercambia comidas y dulces; se recuerdan los pingullos (flautas de viento) y el pan de maíz en las madrugadas; se juega a las “inocentadas” (palito en boca, beso robado, empanadas con sal). Se presentan disfraces individuales (payasos, en enero), y los 'jugadores' recorren la Calle Real, o La Pola, desde la 'plaza de abajo' hasta la de San Felipe Neri; en ocasiones se “visten” carruajes con flores, se lanza serpentinas, pétalos y perfumes; se pinta con carbón, ceniza de papel con manteca, o cosmético Melchor.

En los años 40, aparecen las cabalgatas de “las familias acomodadas”, que lanzan colaciones, monedas y serpentinas, los niños y jóvenes se “hacen estropear por recogerlas”,y el pueblo se divierte con la banda municipal, luego se baila en los clubes o en casas particulares, con orquesta o la victrola; para evitar este atropello (los pisotones), el 5 de enero de 1966, sale por primera vez la familia Ipial. En la década de los 70, proliferan en el 5 y 6 de enero, cuadros vivos, con vísceras, ensangrentados, máscaras de santo, disfraces en costales y escobas; alhucema en pistolas, puños de talco y brochas con pintura.

En 1975, la Casa de la Cultura participa con carrozas protesta e influye, como en los años 84 lo hicieron los estudiantes de artes plásticas, (usaron espuma, que ataca la piel y la vista). En 1976, se elige la primera reina del carnaval, aunque antes hubo soberanas del deporte, de los clubes o de grupos organizados. En 1979, circula la primera revista “Semblanza de los carnavales” de Ipiales - Nariño; en 1981, se inicia el carnavalito en el barrio El Gólgota; y se fundamenta en 1983, las bases de concurso, y el surgimiento de artistas, con interés por mejorar la fiesta; otro impulso dado fue en 1995 (por la organización del gremio), en el 2002 (se inician las capacitaciones), y el 2008 (con renovación de artistas).

Entre 1988 y 1992, el carnaval sufre una profunda crisis; por ello surge en el 1990, la primera Asociación de artesanos, y se presenta, el 21 y 23 de agosto (Diario del Sur) una protesta popular, con desfile incluido, por el no pago de premios y para salvarlo de su decadencia. En este año, se inicia el desfile de años viejos caseros del Sena a la urbanización La Frontera, asimilado en 1993, al programa oficial; fecha en que también se organiza el Carnaval de la Provincia con participación de alcaldes y primeras damas. En 1994, se apedrea la Alcaldía, por falta de orquestas.

En 1995, Ipiales se concientiza, y desaparece el carnaval del agua, “estúpida costumbre (…) que se conserva en Popayán, Mocoa, Pasto y otros pueblos”, Andrés Hurtado García;2 “Ipiales, es la excepción (…) ejemplo ecológico, para nariñenses, caucanos, ecuatorianos”, Bernardo Andrade Tapia.3 En este año (95), nuevos cultores del carnaval, incursionan en la presentación de carrozas, años viejos, comparsas, al igual que murgas. Desde esta época, se influye en escritos, foros, propuestas en radio, prensa, y se promueve el mejoramiento del Carnaval.4

Características y realización

Carroza, Carnaval Multicolor de la Frontera
El Carnaval Multicolor de la Frontera, es el evento más importante que se celebra cada comienzo de año, con características de identidad, creatividad y salvaguardia autóctonas.

A través de esta fiesta se identifican las creencias, resaltando los valores culturales locales y como la máxima expresión de cultura popular de Ipiales; evento dinamizador de la cultura, la economía y turismo de la región, que despierta el subconsciente colectivo. En su entorno aparecen simbolismos y se desprenden imaginarios colectivos que representan la razón de ser o sentir, pensar y actuar de la gente con una acción para cada día:

Días y modalidades
El 2 de enero, es el carnaval de la juventud. En este día hay un gran desfile, donde participan todas las instituciones educativas que presentan una muestra de danza y folclor, culminando en la plaza 20 de Julio, y se juega con cosmético de color verde que simboliza la esperanza que tienen las presentes y futuras generaciones, de visualizar un porvenir mejor, se efectúan conciertos principalmente de música Rock, alternando con agrupaciones de otros géneros musicales como Reggae y Ska.
El 3 de enero, es el carnaval de la provincia, este evento se realiza con la participación de todos los municipios que conformaron la ex-provincia de Obando, y algunos del norte del Ecuador, y los cabildos indígenas. Es un día lleno de diversidad, por eso es multicolor.
El 4 de enero es el Carnavalito, un desfile creado por personas cívicas del barrio El Gólgota de Ipiales, y en el cual los niños son el centro de atención.
El 5 de enero, se celebra el día de Negros, como reencuentro con los ancestros y la tierra, simbolizados con el cosmético de color negro. En este día hace entrada la familia Ipial en versión indígena, quienes representan la cultura de los Pastos y a la comunidad ipialeña, recreando a través de diferentes ritmos, disfraces y elementos propios del carnaval: los mitos, leyendas, creencias, costumbres, y tradiciones. Al terminar el desfile se remata en la plaza Veinte de Julio, amenizadas por orquestas y artistas nacionales e internacionales, donde miles de personas bailan, juegan y se embadurnan de color negro.
El 6 de enero, día de Blancos, está relacionado con el simbolismo del aire que aparece a través de la evocación que se hace al lanzar el talco sobre otra persona o hacia el aire para cubrir a un grupo de gentes. El desfile es una muestra de arte efímero desarrollada por artistas locales, que representan en diversidad de motivos alegóricos capitalizados en disfraces, murgas, comparsas y carrozas, que son juzgadas y disfrutadas según su creatividad y originalidad.